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Fàbrica Jover

noviembre 17, 2018

Fàbrica Jover



La Fábrica Jover es un edificio industrial que combina el paramento liso con el ladrillo visto, material utilizado para enmarcar las aberturas, en las pilastras que ritman las fachadas y especialmente a todo el tramo superior. El coronamiento adopta formas sinuosas que contrastan con los ángulos rectos de las aberturas escalonadas. En el centro de la fachada hay un panel circular con un mosaico cerámico donde figura el nombre de la firma.


La fábrica Jover, en un origen Jover, Serra y Cía nació en 1894 en una casa de pueblo de la calle San Benito de Canet con tres telares que fabricaban calcetines. En 1899, la buena marcha de la empresa hizo plantear a sus propietarios, Francisco Javier Sierra y Isidro Jover, construir un edificio industrial de nueva planta en el primer ensanche del pueblo, donde hoy está el paseo de la Virgen Dios de la Misericordia.

Encargaron el proyecto a Montaner, el cual ideó un complejo industrial que fue ampliado en 1909, con la colaboración de su hijo Pere Domènech, con dos edificios exentos Además, el vapor y el almacén y despachos, de marcado carácter modernista.

A finales de los años 50, la fábrica -conocida ya como Isidro Jover y CIA- vivió la etapa de mayor plenitud, con el paso de la producción de calcetines en jerseys -aquí nació la marca Púlligan- que obligó a transformar la maquinaria ya ensanchar el complejo fabril con la adquisición de otras naves industriales ya existentes en torno al paseo de la Misericordia y también la ampliación y mutilación de los edificios históricos de Montaner.


Arquitecto Pere Domènech Roura
comienzo 1888
finalización 1,910
características
Estilo modernismo catalán
Materiales utilizados piedra, ladrillo, cerámica y hierro forjado
ubicación
Canet de Mar (Barcelona)
Patrimonio de la Humanidad

Cae otro símbolo del textil


Pulligan cierra su planta de Canet tras 126 años de producción de género de punto y una larga agonía

La marca no ha superado el concurso de acreedores impuesto en el 2009

«Era la crónica de una muerte anunciada». Así resume la agonía de uno de los símbolos más prestigiosos del sector textil catalán Josep, uno de los 32 trabajadores que ayer aún hacían guardia en la factoría de Pulligan de Canet de Mar (Maresme) horas después de anunciarse el cierre definitivo de las dos empresas del grupo -Pulligan y Canet Punt- al no haber superado el concurso de acreedores y el expediente de regulación de empleo (ERE) impuesto a principio del 2009.

La marca Pulligan será adquirida por una empresa de Igualada, Factory Stock, que, según fuentes de los trabajadores, se ha comprometido a subrogar a nueve de los 32 empleados, «todos ellos directivos», con las mismas condiciones laborales. En cambio, el resto de género almacenado, tal como dispone el juez de lo mercantil, saldrá a la venta para paliar parte de las deudas que, según las estimaciones, superan los 20 millones.

La prestigiosa firma de género de punto que en el 2005 aún sostenía la producción con 300 trabajadores de los 1.500 que había llegado a emplear en el Maresme, ayer puso fin a la dilatada historia de uno de los últimos símbolos del textil catalán tradicional. Una andadura que inició Isidro Jover en 1885 encargando la construcción de un gran recinto fabril al famoso arquitecto modernista Domènech i Montaner. Ya en los 40, la tecnología fully fashion conocida en el sector como «menguado» catapultó la empresa al liderazgo del mercado nacional.

Con posterioridad Pulligan pasó a manos de Joan Canals, presidente de la Agrupación Española de Género de Punto y vicepresidente del Consejo Intertextil Español, a quien los representantes sindicales responsabilizan de «una mala gestión empresarial que inició hace 10 años con la deslocalización de la manufactura a Marruecos». Pulligan, aparte de la marca propia, lideraba el mercado del género de punto con firmas de prestigio como Meyba, Pierre Cardin y Peyton.

A Pulligan tampoco le salió bien, hace cinco años, la operación urbanística que le hubiera permitido sanear parte de sus deudas. Aisa, cuyo presidente era Genís Marfà, adquirió la céntrica industria por 16 millones con la intención de construir 200 pisos y dos naves industriales en el polígono industrial, a donde se trasladaría la producción del que seguía siendo el principal motor de Canet.

Según los trabajadores, que confirman haber cobrado sus salarios con toda normalidad, «las naves quedaron inacabadas y a merced de las entidades bancarias».

La conmoción era evidente ayer en la población. «Tres generaciones de mi familia han trabajado en Can Jover», recordaba Teresina, una vecina de 76 años, refiriéndose a una empresa que tiene lazos con la mayoría de los 13.400 habitantes de Canet. «Muchas mujeres de Canet y Arenys cosían para la empresa desde sus casas», explica la vecina.


Pulligan anuncia el cierre definitivo de su fábrica


Joan Canals, Presidente de Pulligan

La textil catalana Pulligan cierra sus puertas al no superar los efectos de una crisis que la llevó a presentar concurso de acreedores en 2009. Sus marcas se vendarán a la empresa Factory Stock, con sede en Igualada (Barcelona), y que sólo

subrogará nueve de los 32 trabajadores que quedaban en plantilla, informa El Periódico. 

En Pulligan anuncia el cierre definitivo de su fábrica2009, Pulligan, presidida por Joan Canals, presentó concurso de acreedores y reconoció una deuda de 20 millones de euros. Los problemas de este símbolo de la industria textil catalana empezaron tras el fracaso de una operación inmobiliaria. Pulligan vendió en 2006 la antigua fábrica de Pulligan en Canet de Mar (Barcelona) a Aisa, presidida por Genís Marfà, para, en parte, enjugar sus deudas acumuladas hasta 2005. 

Al cierre de la planta de la compañía textil en Canet de Mar se une también el traspaso de la fábrica que la compañía tenía subcontratada en Tánger (Marruecos), dónde había trasladado parte de su producción desde el año 2005. 

En el acuerdo de adquisición estaba previsto que la inmobiliaria construyera para Pulligan dos naves en un polígono industrial situado en las afueras del pueblo, pero se quedaron a medio edificar debido a los problemas de liquidez del constructor. Según *El Punt*, las naves industriales no se acabaron, ahora están a merced de los bancos, y la situación financiera de la textil quedó fuertemente comprometida. 

Para los trabajadores, el cierre de Pulligan "era la crónica de una muerte anunciada". Aparte de la marca propia, Pulligan lideraba el mercado del género de punto con firmas de prestigio como Meyba, Pierre Cardin y Peyton. 

Pulligan fue fundada por la familia Jover en el año 1885 y se convirtió en una de las empresas referentes del género de punto. En su mejor momento, la empresa llegó a tener a su cargo a unos 1.200 trabajadores. 

Fuente: Fashionunited


Nueva vida para Pulligan

El grupo andaluz Teximbor adquiere la marca catalana de género de punto en la puja judicial del concurso de acreedores

La firma creará 60 empleos para revitalizar la producción y las ventas

Hoy en día, es extraño que una empresa tenga más de una vida. Sin llegar al extremo de las siete vidas que se atribuyen a los gatos, la marca textil catalana Pulligan acaba de gastar su cuarta vida. El grupo andaluz Teximbor anunció ayer que ha adquirido la marca y su fondo de comercio en la puja ordenada por el juez mercantil encargado del concurso de acreedoresde la compañía que la explotaba hasta ahora.

Los jerséis de la marca creada en los 60 por la familia Jover, para ampliar la gama de productos centrAda en las medias y los calcetines de su empresa textil fundada a final del siglo XIX, se puso de moda por la combinación de los tradicionales pullover y cardigan (Pulligan). Llegó a dar trabajo en la histórica fábrica de Canet de Mar (Maresme) a 1.200 trabajadores.

El imperio textil del Maresme chocó con la crisis de finales de los 70 y los 80 y recurrió al directivo Joan Canals, que acabó comprando la mayoría de las acciones en la segunda etapa de la compañía. La deslocalización de la producción a Tánger, la internacionalización de las ventas, la compra de otras marcas como Meyba y Pierre Cardin y los ajustes de plantilla en Canet no fueron suficientes para superar la actual crisis.

En el 2009, Canals tiró la toalla y presentó un concurso de acreedores con un pasivo de 20 millones. Tras un largo periplo, un grupo de trabajadores de la compañía constituyeron una sociedad, Igualadina de Marcas, que se hizo cargo de Pulligan y el resto de enseñas con un taller de producción en Igualada. Pero esa tercera etapa tampoco resultó fácil y también acabó el pasado abril en un concurso de acreedores que ha concluido ahora con la venta por separado de las marcas que poseían.

«Con Pulligan ampliamos y diversificamos nuestro mercado lo que supondrá, en periodo de bajo consumo, una inyección muy importante», destacó ayer el director general de Teximbor, Manuel Márquez. El objetivo inmediato es «revitalizar la marca catalana que se ha quedado dormida en su propio prestigio» y darle un nuevo impulso con «una perspectiva más juvenil y actual, a un precio asequible sin perder la calidad e imagen que la caracteriza».

Para ello, la firma sevillana, que ya comercializa las marcas Bruno Baresi, TXB Promociones y Bordados Industriales Aljarafe, prevé crear 60 puestos de trabajo para reforzar la producción en talleres textiles de Catalunya y Andalucía (20 empleos), potenciar la red comercial (otros 20 empleados) y su estructura (con 20 más), según indicaron fuentes de Teximbor. Será su cuarta vida.




Pulligan vende la marca y su fábrica de Tánger a Igualadina de Marcas


El conjunto de marcas del grupo Pulligan, su equipo directivo y los 250 trabajadores de Tánger se traspasarán a la empresa Igualadina de marcas, que seguirá produciendo y comercializando los productos de la compañía. Unos 30 trabajadores de la planta de Canet de Mar (Maresme) serán despedidos.
                                                                   

                                           Joan Canals, presidente de Pulligan. Foto: Elena Ramón.

El concurso de acreedores que Pulligan presentó en diciembre de 2009 se ha saldado, finalmente, en una liquidación y venta de la empresa. Pese a que el año pasado la compañía registró beneficios, no ha sido suficiente para hacer frente a una deuda de 20 millones de euros. Al cierre de la planta de la compañía textil en Canet de Mar se une también el traspaso de la fábrica que la compañía tenía subcontratada en Tánger (Marruecos), dónde había trasladado parte de su producción desde el año 2005.
Pulligan contaba con unos 40 trabajadores en la planta de Canet de Mar, donde estaba el almacén y la administración, mientras que las líneas de producción se encontraban en Tánger. Con el cierre, alrededor de treinta trabajadores serán despedidos y unos doce directivos, junto con las marcas del grupo, serán traspasados a la Igualadina de Marcas, Igualada (Anoia). Según fuentes oficiales de la empresa, el servicio de productos de la temporada otoño-invierno de este año estará garantizado por esa nueva empresa.
Pulligan, dedicada al sector textil, fue fundada por la familia Jover en el año 1885, y se convirtió en una de las empresas referentes del género de punto. En su mejor momento, la empresa llegó a tener a su cargo a unos 1.200 trabajadores. Pulligan estaba presidida por Joan Canals.



Pulligan será propiedad de Igualadina de Marcas


También adquirirá la fábrica de Tánger en Marruecos y cierra la de Barcelona
barcelona. Pulligan, empresa textil fundada por la familia Jover en el año 1885, desaparecerá como tal. El concurso de acreedores que la compañía presentó en diciembre de 2009 se ha saldado, finalmente, en una liquidación y venta de la empresa. Sin embargo, la operación tiene truco y la marca continuará en el mercado.

Según la operación ideada, el grupo de marcas propiedad de Pulligan; el equipo directivo de la empresa, y la fábrica que Pulligan tiene en Tánger (Marruecos) pasarán a ser propiedad de la sociedad Igualadina de Marcas. Esta empresa seguirá comercializando los productos de la compañía y fabricándolos en Tánger.

Fuera de la operación queda la planta que Pulligan tiene en Canet de Mar (Maresme) donde trabajan unos 40 empleados de los que ahora una treintena serán despedidos. En esta planta sólo había ya el almacén y las oficinas centrales, ya que la producción fue traslada a Marruecos en 2005. Los no despedidos se trasladarán a Igualadina de Marcas, en Igualada (Barcelona).

Pulligan registró el año pasado beneficios, pero fueron insuficientes para hacer frente a una deuda de 20 millones de euros que arrastraba desde el concurso de 2009.

Parte de sus problemas empezaron con la crisis de la inmobiliaria, que en 2006 había adquirido la antigua fábrica de Pulligan en Canet. En el acuerdo de adquisición estaba previsto que la inmobiliaria construyera para Pulligan dos naves en un polígono industrial, pero se quedaron a medio edificar debido a problemas de liquidez.


Fuente:  ElEconomista.es



Fecha:09/02/2017

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